44. Los DS coupé de 1960-1965
En los años 60, el DS va alimentar los numerosos fantasmas de una carrocería independiente y partiendo de una base prestigiosa y que llama a una clientela potencialmente de alta gama con un elevado poder adquisitivo y ganas de distinguirse, junto con el afán creativo de los carroceros de la época. Las modificaciones sobre la base del DS, están servidas. A Chapron, carrocero de Levarois, ya lo conocemos, y se mantiene en la brecha sin hacer «ruido». Pero otros artesanos menos conocidos y no siempre beneficiados de una infraestructura tan bien desarrollada como la del carrocero de Levarois; intentaron la aventura arriesgada de la construcción en pequeña serie con desigual suerte.
Los DS Ricou
El «Savojard» André Ricou que en los años 1960 es concesionario Citroën en el Jura; había trabajado ya en la transformación del Tracción Delantera. Su gran ventaja es, haber sabido, a partir de la carrocería del DS, aportar mejoras que habría hecho suyas el propio Flamino Bertoni.


DS coupé de Ricou – más corto y sin trompetas de intermitencia
DS coupé de competición
Este primer modelo es presentado en 1958: se llega a una línea muy próxima a los primeros esquemas de Bertoni y va ha transformar unos DS en coupés acortando simplemente la trasera, el techo es enteramente realizado en vinilo negro, las trompetas de intermitencia desaparecen y el coche queda en dos colores.
En otras realizaciones posteriores, su objetivo no es la elegancia, pero si el compromiso en competición. Un puñado de DS serán así modificados para este fin, siendo menos afortunados en su concepción.
DS Pichón – Parat
Pichón-Parat intentará la aventura de redibujar la delantera de un coupé con la trasera cortada en su composición con el espíritu del Panhard 24, sin gran éxito ni comercial ni estético.


DS berlina Pichon-Parat – Las aletas delanteras redibujabas ya predecían la futura imagen del DS de segunda generación

DS berlina aletas delanteras Pichon-Parat


DS aletas tipo Pichon-Parat descapotable
El GT 19 de Bossaert: El más italiano de los DS
Tan sólo Héctor Bossaert sabrá repensar completamente la línea del DS para hacer un elegante pequeño GT, siendo ciertamente el Bossaert GT 19, la interpretación más estética y más original de un coupé sobre la base del citroën DS; aunque en realidad quedará como un simple encargado en la historia de sus Coupés DS, pues la concepción y construcción de los mismos recaerá en dos estudios de diseño: la carrocera italiana Frua y en Gété de Météren.
Los establecimientos Bossaert situados cerca de Lille, fabricaron en los años 1960 los DS completamente transformados en coupés de línea muy italiana. En el primer coupé Bossaert, se modifica profundamente la carrocería y el chasis, y animado por el cliente, es desmontado como en el caso de Chapron.

DS GT Bossaert de la primera serie de 1959
De la berlina Citroën no queda más que una plataforma acortada y más elevada, el chasis es también cortado a la altura del montante central, desapareciendo así una longitud de 42 cm, y la parte delantera de la carrocería hasta el parabrisas junto con su mecánica permanecerá intacto; todo lo demás es específico. Fue necesaria la ayuda y trabajo del estilista Frua, quién será aliado de Bertoni en la línea delantera y que dará una elegancia enteramente transalpina a su interpretación de la parte trasera.
Sobre esta base se construye una nueva parte trasera, trabajando las aletas sobre la base de alerones del cábriolet Fiat 1500 para encontrar en su extremo un bonito piloto. El parabrisas está más inclinado que en las berlinas, las puertas son alargadas para ofrecer un acceso más cómodo, la línea del techo tiende a descender y se encuentra en perfecto ensamblaje con la larga luneta trasera panorámica realizada en material plástico, encontrando en si misma su prolongación con el maletero que termina en pendiente hasta el parachoques, el cual gana 7 cm en altura con respecto al plano del suelo.


DS GT-19 Coupé de 1963 carrozado por Bossaert


Cuadro de a bordo del GT Bossaert, no varía con respecto a la berlina
Logotipo

Vistas de la trasera con su característico piloto del Fiat 1500
Los pequeños alerones traseros nos recuerdan al Alfa Romero 2000/2600 o a los de un MGB

Fino, elegante, estilizado, el coupé Bossaert GT 19 es todo un acierto. Por su vocación, sus prestaciones deberían ser mejores que las de la berlina. Para ello, el motor sufre un tratamiento en profundidad que lo aproximan a 97 ch SAE. Para obtener este resultado del viejo motor de 1911 cm3 son necesarias profundas transformaciones: el cigüeñal, el volante y las bielas son aligeradas y equilibradas, la culata y conductos pulidos, árbol con refuerzos más en punta, asientos de válvulas más conseguidos, se adopta así mismo un colector de admisión especial, que junto con dos carburadores Zenith 38 de doble cuerpo que se encargan de la alimentación y una relación de compresión elevada a 9,5/1 hacen el milagro de subir la potencia inicial de 83ch SAE de la última evolución de este motor a los 97ch, lo cual no está nada mal para un motor que procedía del TA y que nació ofreciendo en el primer DS unos modestos 75 ch SAE.
El par cónico queda de serie, pero los piñones de cuarta son especiales, dando un rendimiento directo y más corto que el original. En fin, el nuevo reparto de masas permite montar guarniciones de freno más grandes en la parte de atrás y el reglaje de las esferas resulta más endurecido, dando un comportamiento algo más deportivo.
He aquí los resultados obtenidos en la época de ensayo de José Rosinsky:
- 400m en salida frenado: 19 sg
- 1.000m en salida frenado: 36 sg
- velocidad máxima 171,428 km/h
- velocidades medias a 5.500 tr/mn: en 1ª a 55km/h, en 2ª a 100 km/h, en 3ª a 150 km/h
- consumo medio en carretera: 15,2 litros/100km
¡Demasiado caro!
Los dos primeros GT 19 fueron construidos por Frua, pero Bossaert deseaba entregar más rápidamente sus coupés a los clientes delegando enseguida la producción al carrocero Gété.
Según las fuentes, 12 ó 13 GT 19 abrían sido fabricados hasta 1965. Tenido en cuenta como coche elegante, superior a los de Chapron, se demanda porque la producción es muy inferior a la de Levallois. En 1963 una berlina DS 19 costaba ya la «friolera» de alrededor de 13.000 a 15.000 Fr, que sumado al coste de la transformación en un coupé Bossaert que era de 15.500 Fr; suponía un precio final de 29.000 Fr, acercándolo así al precio de un coche de muy alto nivel como un Jaguar ó un Facel Vega.
Así mismo un Cábriolet Chapron, que para muchos resultaba mucho más atractivo y con el aliciente de una conducción descapotable, se podía negociar a un precio por debajo de los 22.000 FR; pero un citroenista no se queda jamás mirando, y a todo le encuentra un sentido.
A este precio, el Bossaert debería ser irreprochable, pero este no es totalmente el caso; pues durante el transcurso del año 1963, el magazín Sport-auto, efectúa la prueba de un GT 19. El periodista reconoce que el coche ha mejorado particularmente su rendimiento y gracias a una batalla más corta 2,70 m en lugar de los 3,12 m de la berlina de origen, junto con las mejoras mecánicas, ofrece un comportamiento rutero todavía más seguro e incisivo que la berlina. Pero en contra partida, se notaba un acabado demasiado a la ligera, un equipamiento interno muy ruidoso y una descolocación y vibración de los cristales laterales a alta velocidad.
Como anécdota, dos cábriolets Bossaert fueron igualmente producidos: el primero con el espíritu del coupé pero con la parte delantera modificada, y el segundo sobre un diseño muy diferente conservando las puertas de la berlina original.

Un raro y exclusivo ejemplar de DS Coupé cabriolet de Héctor Bossaert


DS GT 21 Coupé cabriolet Bossaert de 1965, del que sólo se fabricaron 2 unidades
