Nuestra historia
En Citroclásico trabajamos los hermanos Valladolid Moreta:
Roberto (mecánica) y Jorge (recambios).
Nuestro padre, Ramón Valladolid, comenzó como mecánico a muy corta edad, y en los años sesenta, siendo ya oficial de primera, emigró a Düsseldorf, Alemania para mejorar su calidad de vida. Allí comenzó a trabajar en un taller (ya desaparecido), especialmente con los Citroën DS.

Nuestro padre, durante sus primeros años en el taller de Düsseldorf

El primer «tiburón» que tuvo, aún en Alemania

Con nuestros abuelos en Riofrío (Ávila), su lugar de origen,
probando el primer GS que compró mi padre
Diez años después, en 1971, volvió a Madrid. La gran experiencia que había adquirido en Alemania con este modelo hizo que empezara a trabajar inmediatamente en la sede central de Citroën, en la calle Doctor Esquerdo. Allí trabajó hasta su jubilación en el año 2008, tanto en el taller, como en el servicio de postventa durante los últimos años de su carrera, por lo que tiene un profundo conocimiento sobre cualquier modelo de Citroën.
Como de vez en cuando aparecían Citroën DS que requerían reparaciones, y en Citroën no siempre era factible atenderlos, pues eran modelos poco habituales, el conocimiento escaseaba, y los recambios ya eran complicados de conseguir, junto con nuestra madre Zoila Moreta creó en 1985 Talleres Anzoma en la calle Aligustre nº 43 del barrio de Tetuán, para poder seguir ofreciendo atención a esta clase de vehículos. Nuestra casa estaba justo en el piso de arriba, por lo que hemos crecido entre todo tipo de coches de Citroën más allá del DS: 2CV, SM, HY, todos los modelos han pasado por Talleres Anzoma. Y no solo eso, sino que por el trabajo de nuestro padre, los Citroën han sido siempre los únicos coches que hemos tenido: GS, CX, XM, Xantia… hasta AX y Visas.

Antiguo taller en Aligustre 43 (Imagen de Google StreetView)

Nuestros padres Zoila y Ramón, que son nuestro ejemplo de vida

Nuestro padre, trabajando en la restauración de un Citroën DS en Talleres Anzoma

Roberto, aprendiendo el oficio en Talleres Anzoma

Jorge, probando un Citroën DS recién restaurado

El taller de Citroclásico
en Collado Mediano
Con estos antecedentes, nuestro destino estaba escrito. A Roberto siempre le apasionó la mecánica, así que lleva manchándose las manos con estos coches desde su adolescencia. Y Jorge aprendió a manejarse con los recambios, los clientes, y el papeleo en general.
Cuando nuestros padres se jubilaron, decidimos continuar con el negocio y fundamos Citroclásico S.L. en 2010, con el objetivo de seguir garantizando una buena vida a todos los Citroën antiguos. El taller de la calle Aligustre se había quedado pequeño, así que nos mudamos a unas instalaciones nuevas en el polígono industrial de Collado Mediano, el pueblo a 50 km de Madrid en el que hemos pasado todos los veranos de nuestra vida y donde hemos creado nuestras respectivas familias.
Nos hace realmente felices que nuestra pasión sea también nuestro trabajo. Creemos en las cosas bien hechas y en ofrecer un servicio de calidad, porque es lo que hemos aprendido de nuestros padres.
Algo que nuestros clientes aprecian, y que nos hace merecedores de su confianza.
