3. Revolucionario
En 1955 el Citroën DS revolucionaba el mundo del automóvil y rompía con todo lo conocido dando un salto en el tiempo de más de veinte años en la evolución del automóvil y de un golpe la osadía de Citroën dejó viejos al resto de sus competidores, demostrando que en esos años existían marcas que tenían fe en la capacidad creativa de sus ingenieros y no supeditaban todo a los estudios más o menos conservadores de sus departamentos de Marketing.
Esto se refleja muy bien en su lema:
«si una idea es buena, el dinero no es importante»
En sus 20 años de vida comercial, siguió siendo fiel a sí mismo con pocos cambios importantes en su configuración general. Pese a su aparente complejidad, estos coches han ido envejeciendo con bastante dignidad, no siendo complicado su mantenimiento como vehículos de colección.
«Si su dueño lo abandona, sopla y se tiende como un buen perro. Una vez éste lo despierta, se yergue sobre sus patas, parece estirar sus músculos, ventea su buena dirección, conecta la transmisión mediante un claro sonido y, más que ponerse a rodar, salta disparado hacia delante …»

DS 19 de 1957