25. 1959 a 1970: El equilibrio al fin conseguido
Si bien 1956-57 son años negros para los agentes y concesionarios Citroën, es sin embargo, gracias al cariño y la comprensión de los usuarios incondicionales de la marca, y como no, a las innegables cualidades del DS; su implantación se consiguió seriamente a partir de 1958 no sin muchas dificultades. El ID19 satisfacía a la clientela tradicional de la casa Citroën, a los campesinos y comerciantes en particular; mientras que el más sofisticado y refinado DS, atraía a una clientela de mayor poder adquisitivo y que tenían como objeto de deseo a los grandes vehículos de origen francés como el Chambord de Simca o el Frégate de Renault que quedarían en segundo plano tras la aparición del DS.
Durante diez años, de 1960 a 1970, Citroën va a forjar una imagen de distinción; pues no hay nada como ver a una personalidad llegar en un DS, no pudiendo imaginar una película, sobre todo francesa, en la que aparezca un DS como protagonista absoluto, donde en las escenas de persecución conseguía alejarse de sus perseguidores gracias a su mayor estabilidad y agarre. La línea aerodinámica hizo de él un coche volador en la serie «Fantomas» de Louis de Funes; no pudiendo imaginar una película en la que apareciese dicho actor gesticulando en otro coche que no fuese un DS negro.

CITROËN DS DE 1962 – 2ª generación con nueva calandra delantera y topes de goma en paragolpes delantero